martes, 3 de agosto de 2010

Ojala sea un coche. Un mini precioso como el de mi amiga Marta. ¡Que cochazo…! Todos la miran cuando llega a la uni y aparca, cuando sale de él, con sus ray ban carísimas y su pelo, liso como una tabla; llueva, nieve o granice.
Soy la única de mis amigas que aun no tiene coche. Desde luego, no es por falta de dinero. Mi familia es una de esas grandes reliquias de las ciudades; Buen apellido, innumerables lazos filiales, casa de veraneo en Mayorca y de invierno en Baqueira, una mansión preciosa en el mejor barrio, gran herencia y mejor sueldo y sobretodo, una educación y presencia exquisitas. Una de esas familias, en las que todos los hijos, sobrinos y nietos, se sacan una carrera universitaria, no montan ningún escándalo (o de hacerlo es rápidamente encubierto) y acaban casados con personas de igual o mayor fortuna y renombre. La clásica familia, en definitiva, que vota al PP desde muchas, muchas, generaciones atrás, va a la iglesia todos los domingos y hace vida en los clubes de ricos que solo unos pocos privilegiados pueden permitirse pagar.
El caso es que si no me compran un coche, no es por falta de guita. Pero mi madre se preocupa mucho por nuestra educación, no quiere mimarnos en exceso, le aterroriza, concretamente, que caigamos en la “décadence” de la época. Esa es la mayor enfermedad según ella, la decadencia en la juventud, pero también en sus mayores, que se refleja como un espantoso retrato de sus enfermizas mentes en la televisión.
Una de las evidentes pruebas de ello es la exaltación de la homosexualidad. Los gays son pervertidos sexuales, que dan rienda suelta a todas sus lujurias, sin importarles su dignidad ni su rectitud moral, gente que solo piensa en el sexo, enfermos mentales, inestables e histriónicos, según mi madre. “Una plaga”- Según mi padre- “Que se extiende, porque al gobierno le interesa crear una sociedad de maricas que le voten a él, y por eso pone todos los medios de su parte para fomentar este fenómeno, para confundir a los jóvenes y trastornar el normal desarrollo de su sexualidad, volviéndolos a todos unos degenerados”.
Eso parece ser algo muy común en mi entorno, la gente, aún con todo el “merchandising”, no parece creer en la existencia de la homosexualidad. En lo que creen, es en adolescentes confusos y lujuriosos, mentes obnubiladas y desprovistas de razón, gente con ganas de experimentar o simplemente de pertenecer a un grupo marginal para llevar la contraria, una moda. Al igual que algunas chicas se prostituyen, se visten enteras de negro o se tatúan todo el cuerpo, otras deciden acostarse con chicas. Decisión, esa es la clave, transmiten, para que uno se vuelva gay.
Mi madre nos ha educado a mis hermanas y a mí para evitar que caigamos en esa degradación. Somos chicas femeninas y encantadoras, que se visten, arreglan y encajan a la perfección. Gracias a todo ello, yo se que la gente me envidia. Aunque suene un poco frívolo, lo cierto es que vivimos en la era de la imagen, y la nuestra es sublime.
Mis amigas no están tan preocupadas por la decadencia. La verdad es que nuestros padres se morirían si supieran algunas de las cosas que hacemos los fines de semana. Como todo el mundo, bebemos, fumamos, coqueteamos y nos acostamos con chicos. Claro que somos más de tener parejas estables, ¡no somos unas cualquiera…!
Mi amiga Isabel dice que una vez vio a dos chicos liándose y casi se muere del asco “¡Estuve a punto de vomitar!”. No es que sea homófoba, pero es que es tan desagradable… Le parece bien que cada uno haga lo que quiera en su casa y ella si conociera a un gay no le haría bullying, “Aunque tampoco podría ser su amiga”. Daniela es más tolerante, dice que los gays le parecen graciosos y no le importaría tanto tener a uno como amigo, eso sí, las lesbianas le repelen. Daniela es tan abierta porque estudia en Madrid, y ahí se ve más. Recuerdo que hace dos años, ella y yo perseguimos a un chico que nos habían dicho que era maricón por toda la discoteca, entre risas, “para ver si hacía algo”.
Sara piensa que solo la gente rara se vuelve gay. Las lesbianas son gordas, feas, que no ligan con tíos y por eso se cambian de acera, “para pillar cacho”. Los gays son poco hombres, nenazas sensibles y femeninas que no hay tía que soporte, por eso acaban con chicos, para ver si se les pega algo de esa masculinidad de la que tanto carecen. Sara antes de venir a nuestro colegio (que es solo de chicas) iba a un instituto, y siempre nos cuenta como vacilaba a un tío de su clase que tenía muchísima pluma, le marginaban y hacían bromas bastante crueles, hasta que el pobre se cambió de centro.
Todas mis amigas coinciden en que es algo antinatural, y es una aberración que les dejen tener hijos.

Me quieren mucho y yo a ellas, salimos juntas desde que éramos pequeñas y nuestros padres se conocen de siempre. Mi madre también se siente muy orgullosa de mí, y me adora. Me dirijo a la plaza de garaje con la seguridad absoluta de que la sorpresa que me ha prometido hoy es un coche.

A veces, cuando pienso en lo que me ha sucedido este año, me mareo y me falta el aire. Me invade una sensación angustiosa y traumática y por un momento, me atraviesa una oleada de intensa vergüenza. Cuando ocurre eso, durante unos instantes, me cuesta mirar a los ojos a la gente. Últimamente me cuesta dormir a las noches. No quiero pensar en ello.

En otras ocasiones, como un aguijonazo desagradable, me acecha el pensamiento descolocador de si Sara, Isabel, Marta e incluso Daniela, seguirían mirándome igual de saberlo. De si mi madre, me habría comprado un coche si sospechara lo enamorada que estoy. Y de cómo se transformaría mi vida si alguien por algún momento intuyera, que quiero a esa chica como nunca he querido a nadie.

Yo no estoy muy segura de si es algo que he elegido, de si , como dice mi padre, me habrá pasado por todos esos mensajes que me manda el gobierno, o si, como dice Sara, habrá sido la falta de cariño, porque mis relaciones con chicos nunca funcionan. Quizás, como me han dicho siempre, tenga algún problema mental y sea una persona inestable, con una cabeza mal amueblada y una sentimentalidad descontrolada…

Me siento sucia y enferma, y daría la vida, por borrarlo de mi mente.
http://www.youtube.com/watch?v=E1mU6h4Xdxc

1 comentario:

  1. me encantan tus escritos...me encanta todo lo que leo..sabes captar la atencion del lector!!

    ResponderEliminar