sábado, 4 de septiembre de 2010

russian roulette

Como una ruleta rusa, los comienzos de las relaciones son como un mortífero juego de azar.
Hay que manejar perfectamente el tira y afloja; saber combinar el fingir indiferencia con el mostrar interés. Las medidas justas para cada persona, teniendo en cuenta entre otros; su orgullo, su inseguridad, su apego…
Porque de tanto tirón a veces la cuerda se rompe. ¡Zas! La pistola se dispara, y por desgracia (al menos en la mayoría de los casos) está cargada.
Al final del día cuenta más como sepas manejar a la persona que te atrae, que el que realmente estéis hechos el uno para el otro; Si nos quieren de verdad, nos damos cuenta, nos asustamos y salimos corriendo. Si pasan de nosotros o nos utilizan, nos enamoramos.
Por nuestra incapacidad de ver más allá de ese juego, muchas veces perdemos la oportunidad de estar con gente realmente fascinante, mientras que otras, acabamos con personas que no nos aportan nada y solo nos hacen sufrir.
¿De verdad es eso amor? Si lo es, no tiene nada de bonito, no es más que la falta de confianza en nosotros mismos, que nos hace sentirnos llamados por aquél que, por despreciarnos, nos transmite que es mejor que nosotros, remueve nuestra vanidad, y nos hace sentirnos fascinados, atraídos, no por la persona en sí, sino por nuestra necesidad de creer que estamos a su altura.
El amor, la obsesión, la atracción física o la dependencia emocional son cosas difíciles de distinguir y definir, hay que aprender a dejar de confundirlas.

Todos nos acostamos pensando en alguien, pero ¿En quién piensa la persona en cuestión? ¿Y quién pensará en nosotros? Aunque es complicado de saber, parece probable que sean pocas las veces en las que dos sueños se entrecruzan.

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